México, a 26 de mayo del 2020.- Cuando Tomas Morales, de 62 años, registró una fiebre de 101.3 grados Fahrenheit el 14 de abril, el médico le dijo que se aislara. Pero había un problema: Morales estaba en una plataforma petrolera frente a la costa mexicana a la que solo se podía llegar en helicóptero, y compartía una habitación con otros tres trabajadores.
Morales improvisó, usando una cortina para separar su cama de las de sus compañeros, pero aún tenían que usar el mismo baño. Morales tardó dos días en ser evacuado de la plataforma, seguido de un viaje en autobús de tres horas a su casa y, finalmente, un traslado a un hospital administrado por la compañía.
El caso de Morales y otros abren nuevas preguntas sobre la capacidad de la compañía petrolera estatal de México, Petróleos Mexicanos, para proteger a los trabajadores en medio de la pandemia de Covid-19. Setenta y dos trabajadores y dos contratistas murieron a causa del virus, informó la compañía el lunes. Hasta ocho murieron en un día.
“No estábamos preparados”, dijo Morales, hablando por teléfono desde su casa en Paraíso. “No había suficientes medidas de control para Covid-19 porque esto era algo totalmente nuevo para todos”.
Los críticos dicen que las acciones de Pemex reflejan la de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que tardó en imponer un bloqueo nacional y ha optado por no cerrar sus puertos de entrada o restringir los visitantes de países con un alto número de casos de Covid-19.
Pemex respondió en un comunicado que está haciendo grandes esfuerzos para proteger a sus trabajadores. La compañía está “desinfectando, enviando trabajadores a casa y tomando otras medidas para distribuir suministros para mantener limpios los lugares de trabajo y el equipo”.
Las compañías petroleras en el Golfo de México están lidiando con el desafío de mantener las operaciones en medio del distanciamiento social y la desinfección en miles de plataformas de perforación en alta mar y plataformas de producción de petróleo. Las plataformas albergan a cientos de personas y requieren que los trabajadores duerman en habitaciones compartidas y coman juntos en comedores abarrotados.
Sin embargo, el número de muertos en Pemex se ha disparado por encima de sus pares.
Hasta el 22 de mayo, no hubo muertes en el Golfo de México de EE. UU. Entre “unas 25,000 personas que rotan dentro y fuera de la costa”, según Justin Williams, portavoz de la Asociación Nacional de Industrias Oceánicas. La brasileña Petrobras, que tiene aproximadamente un 40% menos de empleados que Pemex, no ha reportado muertes de Covid-19. La Agencia Nacional de Petróleo de Brasil dice que un trabajador contratado en el extranjero murió a causa del virus, sin decir para qué compañía trabajaba la persona.
Las 72 muertes por virus de Pemex son casi el 1% del total nacional de 7,633.
“Es necesario enfatizar la importancia de que las personas que trabajan en instalaciones estratégicas en el país, como el petróleo y la electricidad, sean atendidas de manera oportuna, y que se tomen todas las medidas necesarias para prevenir brotes tanto en el personal (en las instalaciones) así como en sus comunidades “, dijo el Dr. Mauricio Rodríguez, portavoz del comité Covid-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El relativamente nuevo equipo de administración de Pemex, que asumió el cargo después de que López Obrador se convirtió en presidente en diciembre de 2018, es al menos en parte culpable de no contener el virus, dijo Pablo López Figueroa, un empleado de Pemex y representante de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionales del Petróleo. El recién formado sindicato de trabajadores petroleros compite con el sindicato oficial de Pemex.
“La gerencia general tiene cero experiencia petrolera, muy poca capacidad para comprender las actividades técnicas y no tiene una idea clara de cómo reducir el riesgo de contagio en este momento en el área marina”, dijo Figueroa, hablando por teléfono desde Paraíso, Tabasco.
Morales, el trabajador de la plataforma, no se hizo la prueba del virus hasta 10 días después de que comenzó su fiebre. El ingeniero de integridad mecánica en el campo costa afuera de Abkatun-Pol-Chuc, dijo que otros en su plataforma también se habían quejado de síntomas similares a la gripe.
“El médico de la plataforma me dijo que lo mantuviera unido porque había otros más jodidos que yo”, dijo.
Operaciones de mantenimiento
Pemex enfrenta el desafío adicional de revertir 15 años de caídas en la producción de petróleo y una deuda asombrosa, la mayor de todas las grandes petroleras. Su estrategia de acelerar la perforación en campos en tierra y en aguas poco profundas llegó a un obstáculo cuando las ciudades de todo el mundo se detuvieron en medio de los esfuerzos para detener el brote de Covid-19, y se enfrenta a un exceso de suministro de combustible a medida que la demanda se ha reducido.
Mientras que las compañías petroleras de todo el mundo están reduciendo el gasto de capital en medio del colapso y la pandemia del precio del petróleo, López Obrador ha encomendado a Pemex y al Ministerio de Energía que continúen el trabajo diario en una nueva refinería de $ 8 mil millones en el estado natal del presidente. La llamada refinería Dos Bocas es un símbolo de la agenda del gobierno para librar al país de la dependencia de los mercados extranjeros de gasolina, y las obras continúan incluso cuando las empresas no esenciales en todo México están bloqueadas.
Después de que Pemex evacuó a Morales de la plataforma petrolera, la compañía le dijo que se autoaislara en un hotel en Ciudad del Carmen, Campeche, y que lo pagara él mismo, dijo. En cambio, se subió a un autobús de tres horas a su casa en Paraíso, Tabasco. Allí, la fiebre de Morales empeoró y finalmente fue enviado a un hospital administrado por Pemex en Villahermosa, la capital de Tabasco. “Estaba en muy mal estado cuando me llevaron al hospital en una ambulancia”, dijo.
Los médicos le diagnosticaron neumonía a Morales y le aplicaron oxígeno que lo ayudó a recuperarse.
Se espera que Morales regrese a las plataformas el 4 de junio después de ser evaluado por un médico. Pero el ingeniero experimentado es optimista. Dijo que Pemex le dijo que habían aumentado las medidas de saneamiento en las plataformas y reducido la cantidad de personas que pueden comer juntas en el comedor a la mitad, aproximadamente 50 personas.
“Todavía me siento aterrorizado. Pero regresaré porque amo mi trabajo ”, dijo Morales. “Hoy estoy mucho mejor, 90% recuperado, gracias a Dios”.
–Con la ayuda de Peter Millard, Sheela Tobben y Andrea Navarro.
Fuente: gCaptain
