Gana el izquierdista Gabriel Boric y será el próximo presidente de Chile

El abogado ultraderechista José Antonio Kast ya ha reconocido la victoria del exlíder estudiantil.

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Santiago de Chile, a 19 de diciembre del 2021.- No hubo resultado estrecho, no hubo oportunidad para la especulación, tampoco para insinuar fraudes, menos para el regateo de votos: el joven diputado Gabriel Boric Font (35), del izquierdista Pacto Apruebo Dignidad, abanderado del Frente Amplio y el Partido Comunista, ganó aplastantemente, por 12 puntos y un millón de votos de diferencia, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile y asumirá la primera magistratura del país el 11 de marzo de 2022.

Al obtener el 55.7% de los votos con el 92% de las mesas escrutadas, dijo: “Seré el presidente de Chile de todos los chilenos y chilenas, no gobernaré solo entre cuatro paredes”, ha afirmado Boric durante una llamada telefónica televisada con el mandatario saliente, el conservador Sebastián Piñera.

Su contrincante, el abogado ultraderechista José Antonio Kast, ha obtenido el 44.27% de los votos, una de las mayores diferencias en un balotaje en la historia reciente de Chile. Kast, que se impuso en la primera vuelta del 21 de noviembre con solo 2 puntos de ventaja, ha reconocido con poco más de la mitad de las mesas escrutadas la victoria del exlíder estudiantil, que se convertirá en marzo de 2022 en el mandatario más joven de la historia reciente de Chile.

“Acabo de hablar con Gabriel Boric y lo he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy es el presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primero”, ha escrito Kast en su cuenta de Twitter.

José Antonio Kast se comunica con Boric para reconocer triunfo del izquierdista chlieno

Así, Boric, con 55.86 por ciento de los votos (4 millones 600 mil preferencias), derrotó al aspirante del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, un ultraderechista, fundamentalista religioso y reconocido defensor de la dictadura de Augusto Pinochet, que logró 44.14 por ciento (3 millones 641 mil) y que rápidamente reconoció la victoria de su contendor y lo felicitó. Votó 54 por ciento (8 millones 252 mil sufragios) del padrón electoral, la mayor participación en muchos años.

Ecologista, feminista y regionalista

Diputado de 35 años y antiguo líder estudiantil, Boric se define como ecologista, feminista y regionalista y quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa.

Será el presidente más izquierdista desde el Gobierno del derrocado Salvador Allende (1973-1990) y el primero que no forma parte de los dos grandes bloques que se repartieron el poder desde el retorno a la democracia en 1990.

“Estoy feliz porque yo llevo en la Plaza Dignidad desde el 18 de octubre (día en que estalló la ola de protestas de 2019) y tenía mucho miedo a la extrema derecha. Estoy feliz porque ganó la democracia”, ha dicho a Efe la universitaria Bárbara Gómez a las puertas del hotel donde está reunido el comando del virtual presidente electo.

La misma alegría ha mostrado de camino a las celebraciones Ignacio Valdés, de 34 años. “Chile le ha dicho que no al fascismo”, ha asegurado a Efe.

Los expertos apuntaban que la diferencia entre ambos iba a ser muy estrecha e iba a depender de la participación, que en la primera vuelta del 21 de noviembre apenas alcanzó el 50% del padrón.

Según datos oficiales, Boric ha obtenido un amplio apoyo en la capital, donde se encuentra la mitad de los electores, y en otras regiones con grandes núcleos urbanos, como la de Valparaíso, donde sacó casi 20 puntos de ventaja.

También se habría impuesto incluso en la región norteña de Antofagasta, una zona que en primera vuelta ganó Franco Parisi, un polémico economista cuyos electores respaldaron mayoritariamente a Kast de cara al balotaje.

Encabezará un gobierno que deberá lidiar con una compleja agenda de demandas sociales urgentes -pensiones y salarios mínimos dignos, miles de personas a la espera de cirugías en los hospitales, déficit de cientos de miles de viviendas sociales y para la clase media, ciento de miles de jóvenes sin empleos, entre otras- y, además, con la expectativa de una nueva constitución que está en construcción. Desde el estallido social de octubre de 2019, y que visibilizó la urgencia de cambios estructurales muy profundos, nada cambió realmente en Chile, todas las demandas siguen postergadas y acumulando una tensión social impredecible en su paciencia y en su reacción.

A medida que el cómputo avanzaba y que la victoria era irrebatible, las calles estallaron de júbilo, especialmente en las barriadas más pobres y populares, con decenas de miles de personas festejando y resumiendo lo que esta victoria significa para ellos.

“Chile se decidió hoy a romper la historia”, dijo una joven mujer de la modesta comuna de Puente Alto, a las afueras de Santiago. “La esperanza le ganó al miedo”, resumió otra; “Qué todos lo apoyemos, es un joven pero tiene mucha sabiduría”, agregó un hombre ya entrado en años; “El pueblo está unido para nunca más caer”, exclamó exultante un joven.

Y así muchas y muchos, de todas las edades, con lágrimas, con sonrisas, con abrazos, con canto y con baile.

En el centro de Santiago, una enorme manifestación repletó la Alameda, la principal arteria de la capital, donde desde un escenario Boric pronunció su discurso de la victoria, admitiendo la trascendente responsabilidad que asume, la esperanza que encarna y las limitaciones que enfrentará como los principales retos del futuro Gobierno a los que debe agregarse el encauzar la crisis social que sigue vigente desde las protestas de 2019, liderar la implementación de las normas de la nueva Constitución y hacer frente a los retos económicos que dejó la pandemia.

Movilización social: “El compromiso que han demostrado durante estos meses, no se debe agotar en una elección, será necesario durante todos los años de nuestro gobierno, para que todas y todos podamos sostener el proceso de cambios que hemos empezado a recorrer paso a paso”.

Necesidad de acuerdos: “El futuro nos necesita a todos del lado de la gente. Más allá de las diferencias que tenemos con José Antonio Kast, sabremos construir puentes para que nuestros compatriotas puedan vivir mejor, eso es lo que nos exige el pueblo de Chile”.

Dimensión histórica: “La historia no parte con nosotros, me siento heredero de una larga trayectoria, la de quienes desde diferentes posiciones han buscado incansablemente la justicia, la ampliación de la democracia, la defensa de os derechos humanos, la protección de las libertades. Estamos ante un cambio de ciclo histórico y no lo podemos desaprovechar”.

Reconocimiento del estallido social: “Los tiempos que vienen no serán fáciles, debemos hacer frente a las consecuencias sociales, económicas y sanitarias de la pandemia y también a los motivos de un estallido social que siguen presentes y vigentes. Lo tenemos claro, sabemos que las demandas por justicia y dignidad siguen presentes en el corazón de la gente. Será difícil pero vamos a ir avanzando con pasos cortos pero firmes, aprendiendo de nuestra historia”.

Igualdad: “El crecimiento económico que se asienta en la desigualdad tiene pies de barro, sólo con cohesión social, reencontrándonos y compartiendo un piso común, podremos avanzar hacia un verdadero desarrollo sostenido”.

La juventud chilena festeja triunfo del izquierdista Boric

Ampliar la democracia: “Una democracia sustantiva no se reduce solamente al voto, buscaremos una democracia donde en los barrios y las organizaciones sociales tengan protagonismo, porque una democracia sin la gente no es realmente una democracia”.

Derechos humanos: El respeto a los derechos humanos es siempre un compromiso inclaudicable. Por ningún motivo podemos volver tener un presidente que le declare la guerra a su propio pueblo. Las víctimas de violaciones de los derechos humano de todo tiempo, no nos cansaremos de buscar verdad, justicia, reparación y no repetición.

Pueblos indígenas: “Avanzaremos a una nueva reñación con los pueblos originarios, reconociendo su derecho a mirar el mundo desde otras perspectivas lingüísticas y culturales, y poner especial atención al cuidado del medioambiente va ser una de nuestras tareas”.

Gradualidad y participación: “No todo se puede hacer al mismo tiempo, deberemos priorizar para ir logrando avances, que iremos discutiendo con ustedes, que estará conversando permanentemente con su pueblo”.

Cambios estructurales: “Avanzar con responsabilidad en los cambios estructurales que Chile viene demandado sin dejar a nadie atrás, eso es convertir lo que algunos entienden como bienes de consumo, en derechos sociales garantizados para todas y todos sin importar el tamaño de la billetera y garantizar una vida más segura; profundizar las libertades, porque en nuestro gobierno las mujeres no retrocederán. Nuestro proyecto es avanzar en más democracia, defender el proceso constituyente, motivo de orgullo mundial”.

Una elección trascendente

Camila Vallejo, Gabriel Boric y Giorgio Jackson, representantes del movimiento estudiantil punta de lanza de la articulación social que hoy llega a la presidencia

Es una elección histórica desde todo punto de vista. Primero, representa un extraordinario triunfo político de Apruebo Dignidad, un pacto programático/electoral fundado en enero de este año y que reúne al Partido Comunista con el Frente Amplio (FA), a su vez una coalición de tres partidos constituidos y otros dos en formación. Segundo, en particular es una hazaña del FA, que apenas se constituyó en 2017 para desafiar al “establishment” político: las coaliciones “clásicas” de centro izquierda (la ex Concertación) y de centro derecha que durante 30 años, desde 1990, tras el fin de la dictadura, administraron el poder en Chile a base de la “política de los acuerdos”, como se llamó.

Tercero, consolida la vertiginosa y rutilante carrera política que ha hecho el joven Boric, un egresado de la carrera de derecho que saltó a la vida pública apenas en 2008 como dirigente estudiantil y que en 2012 fue electo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), para liderar inmensas y prolongadas movilizaciones estudiantiles que se sucedieron en el país en esos años, exigiendo y conquistando gratuidad en la educación superior y una reforma amplia al sistema educativo del país; para después, en 2013 y 2017 ser electo diputado por su austral Región de Magallanes.

El carácter y personalidad de Boric se demuestra también cuando después del estallido social, disintiendo de su partido Convergencia Social, firmó personalmente el “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”, suscrito el 15 de noviembre del mismo año, y que inició un proceso constituyente en Chile.

La jornada electoral se tornó tensa cuando se constató insuficiente circulación de autobuses en Santiago, con los paraderos repletos de personas esperando por horas para lograr trasladarse a sus lugares de votación. Fue tan evidente la anormalidad que desde el comando de Boric hubo duros reproches hacia el gobierno, acusando que se trataba de una operación para torpedear que votaran los sectores populares de la capital.

Fuente: La Jornada y Huffpost

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