El impacto de la Covid-19 en la economía mexicana

0
369

Por Luis Manuel Arce *

México, a 22 de diciembre del 2020.- Aún falta para hacer el balance del daño que la Covid-19 ocasiona a la economía mundial, ni hay cálculos definitivos, pero se compara con el crack bancario de 1929 y especialistas auguran efectos peores, de más larga duración.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene la teoría de que el coronavirus precipitó el derrumbe del neoliberalismo y esa realidad signa la profundidad y el tipo de crisis económica que ya tenía cuerpo desde mucho antes de la aparición del SARS-CoV-2 entre los humanos.

Para el mandatario mexicano la pandemia no es la causa de la crisis económica, sino una consecuencia del fracaso de un modelo fallido que agotó sus posibilidades de crear bienestar social. Coincide con quienes consideran al neoliberalismo como una fase de un proceso más general del mercado mundial que entró en crisis y obligará a buscar un reemplazo. La búsqueda de ese tránsito es lo que está marcando un cambio de época.

El diario británico The Financial Times, abiertamente neoliberal, publicó recientemente un editorial en el que acepta el derrumbe de ese modelo económico, y lo explica así:

‘Se requieren reformas radicales para forjar una sociedad que funcione para todos’. ‘Los gobiernos tendrán que aceptar un papel más activo en la economía’. ‘Como los líderes occidentales aprendieron en la Gran Depresión, y después de la Segunda Guerra Mundial, para exigir sacrificios colectivos, deben ofrecer un contrato social que beneficie a todos’.

El diario, que representa al gran capital británico, admitió de hecho la necesidad de una redistribución de la riqueza más equitativa. Sus economistas y sociólogos vaticinan un antes y un después del coronavirus y un cambio en los actuales protagonismos para dar paso a relaciones internacionales más activas, abiertas y participativas.

López Obrador estima que si la pandemia sorprendió a México con un modelo de salud en quiebra, sin especialistas ni equipamiento adecuado, se debió al neoliberalismo, el cual no relacionó la salud pública con la economía, explotó a los trabajadores y no tuvo en cuenta que un hombre sano rinde el doble o más que uno enfermo.

No es solo un asunto ideológico o político, es sobre todo de juicio práctico. ¿Por qué no tenemos los médicos?, ¿por qué no tenemos los especialistas?, ¿y cómo fue que llegamos a esto?, se preguntó el mandatario mexicano.

LA SALUD, CLAVE EN LA ECONOMÍA

En un intercambio de mensajería con este corresponsal de Prensa Latina, el académico panameño Guillermo Castro explica que asistimos a otra transición, caracterizada por el agotamiento de la fase neoliberal de hegemonía en dicho proceso, y puede abrir paso a una organización que se definirá en el dilema entre socialismo o exacerbación de la barbarie en la cual ya andamos.

Al liberalismo, señala, le es imposible una visión sistémica, que articule los distintos aspectos de una totalidad. Por eso mismo estoy convencido de la importancia de las instancias de las cuales la economía es la definitiva, a fin de cuentas, y entre ellas desempeña un papel clave la salud como una de las condiciones de producción y reproducción de cualquier formación socioeconómica.

Para comprender esto, expresa el analista panameño, siempre conviene recordar que la enfermedad y la muerte son hechos naturales, mientras que la salud es un producto del desarrollo social.

En este sentido, una crisis sanitaria de escala pandémica como la Covid-19 es, también, expresión de una contradicción entre la enormidad de las fuerzas productivas creadas por el capitalismo y la estrechez creciente de las relaciones de producción que le permiten funcionar.

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz decía al respecto en un artículo de enero pasado: ‘Para hacernos una imagen correcta de la salud económica de un país, hay que empezar por mirar la salud de sus ciudadanos. Si son felices y prósperos, tendrán vidas sanas y más largas. Y en este aspecto, Estados Unidos es el país desarrollado con el peor desempeño’.

Evidentemente, la conexión inextricable existente entre salud, educación y economía la rompió el neoliberalismo como cuando se desgarran los nervios de la médula espinal que transportan mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo, y causa parálisis.

El coronavirus revela la paraplejia de la economía bajo la influencia del neoliberalismo y esa situación está marcando la gravedad y complejidad de esta doble crisis económica y sanitaria.

La pregunta recurrente es la que formula Guillermo Castro: ‘¿los problemas de la infraestructura económica del mercado global pueden ser resueltos mediante la superestructura estatal e interestatal donde se procesan políticamente los conflictos sociales que el desarrollo de ese mercado genera?’.

Toda economía, recuerda el académico panameño en su diálogo con Prensa Latina, incluye la producción de un estado de salud que define en una importante medida la interfase entre la producción y la sociedad que la lleva a cabo, y la producción de la salud.

En este sentido, hace parte de las condiciones (naturales, territoriales y sociales) de la producción material, como indica James O´Connor, economista, sociólogo y marxista estadounidense.

LA SALUD COMO POSIBLE CATEGORÍA ECONÓMICA

La salud y la educación como posibles categorías económicas es un tema de vieja data y de pocos o ningún acuerdo, aún cuando es muy triste que asuntos tan íntimamente vinculados con el humanismo y la persona como ser social sea abordada por las ciencias exactas, asegura Guillermo Castro.

Pero peor es convertirla en materia política, y más horrible aún en propaganda electoral, como hizo y sigue haciendo todavía en su derrota electoral Donald Trump antes de, y en medio de la pandemia del coronavirus.

Dada la fragmentación de intereses al interior del capital y el Estado, pueden surgir contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de las condiciones de producción.

Por ejemplo, señala Guillermo Castro, las enfermedades no transmisibles son producidas socialmente en gran medida, no determinadas genéticamente; la educación y las políticas de renovación urbana en el centro de las ciudades, las políticas de educación y salud en asentamientos humanos ubicados en zonas de auge minero, y las políticas agrícolas y urbanas en la periferia de áreas metropolitanas, pueden o no ser congruentes.

Sin embargo, la sociedad civil no puede ser reducida ni a la estructura del capital, ni a la del Estado. Ella evoluciona también de acuerdo con su propia lógica, asegura. En lo relativo a la pandemia, creo que es bueno atenerse a la premisa sobre la enfermedad y la muerte como hechos naturales, y la salud como producto del desarrollo social.

LA DOBLE CRISIS Y LA TEORÍA DEL DESASTRE

La pandemia sacó a flote una teoría del desastre según la cual la crisis financiera de 2008-2009 se repetiría en 2020 pero en una escala mayor.

Es lo que está sucediendo de acuerdo con las cifras económicas y sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Internacional del Trabajo y las diferentes instituciones financieras, incluidos el FMI, el Banco Mundial y el Grupo de los 20 que admiten el problema.

Extrañamente, también fue viral en México la crisis económica de 2009 porque coincidió con la epidemia de influenza A (H1N1), que provocó en el país la muerte de más de mil 500 personas.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, fue tajante al afirmar: ‘ahora nos encontramos en una recesión, y es mucho peor que la crisis financiera mundial’ de ese año, y advirtió que una oleada de bancarrotas y despidos harían mucho más difícil la recuperación. Esto último ya se está produciendo en muchos países y México no escapa al problema.

La crisis sanitaria profundizó la de la deuda externa debido a la gran cantidad de dinero asignado a los rescates financieros y a la fuerte caída generalizada de los ingresos en la recaudación fiscal, algo en lo cual no quiere caer el gobierno de López Obrador, como señala en su plan de recuperación económica que, paradójicamente, comenzó junto con un rebrote muy fuerte de la pandemia.

En su informe de rendición de cuenta de los primeros dos años de su gobierno el pasado 1 de diciembre, el mandatario mexicano presentó una intensificación de su plan general que aumenta de forma sustantiva los montos de financiamiento para la rápida formación de miles de especialistas médicos, enfermeras y técnicos, cientos de ellos becados en el extranjero.

Al mismo tiempo -y he aquí lo importante- prioriza la inyección de recursos financieros a lo cual denomina la base de la pirámide social, es decir, a los pobres, con el objetivo de que haya suficiente circulante en la calle para que el consumo interno no caiga.

La tesis es que ese dinero gastado por los pobres en alimentos, ropas y servicios, sube por sí mismo a lo más alto de la pirámide y no hay necesidad de acciones fondomonetaristas de salvataje al gran capital, ni endeudamiento exterior extra de México. Resulta una forma de búsqueda de equilibrio eco-sanitario.

*Corresponsal de Prensa Latina en México

Fuente: Prensa Latina

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí