Washington, Estados Unidos, a 20 de diciembre del 2019.- El incremento de la deuda en las economías emergentes y en desarrollo marcó el aumento más grande y más rápido para un periodo de ocho años en casi cinco décadas, alertó el Banco Mundial.
De acuerdo con el reporte del organismo, el monto llegó a un récord de 55 billones de dólares (un billón equivale a un millón de millones) durante 2018.
Asimismo, apuntó, se encontró que la relación deuda/Producto Interno Bruto (PIB) de los países en desarrollo creció 54 puntos porcentuales a 168 por ciento desde que comenzó la acumulación de deuda en 2010.
En promedio, acotó, esa proporción creció en aproximadamente siete puntos porcentuales al año, casi tres veces más rápido que durante la crisis de deuda de América Latina de la década de 1970.
El aumento, además, es excepcionalmente amplio, e involucra tanto la deuda del gobierno como la privada, y se puede observar en prácticamente todas las regiones del orbe.
Según el informe, la prevalencia de tasas de interés bancarias mundiales históricamente bajas mitiga el riesgo de una crisis por ahora.
Pero, alertó, el historial de los últimos 50 años resalta los peligros: desde 1970, aproximadamente la mitad de los 521 episodios nacionales de rápido crecimiento de la deuda en los países en desarrollo se acompañan por crisis financieras que debilitaron significativamente el ingreso y la inversión per cápita.
‘La historia muestra que los grandes aumentos de la deuda a menudo coinciden con las crisis financieras en los países en desarrollo, a un gran costo para la población’, dijo Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de crecimiento equitativo, finanzas e instituciones del Grupo del Banco Mundial.
El análisis encontró que esta última ola de crecimiento de deuda es diferente de las tres anteriores en varias formas: implica una acumulación simultánea de deuda pública y privada; involucra nuevos tipos de acreedores; y no se limita a una o dos regiones.
Para mitigar los efectos adversos que esta situación podría acarrear, el Banco hizo un llamado a los responsables políticos para que actúen con prontitud para fortalecer sus políticas económicas y reducir la vulnerabilidad de sus países ante las crisis financieras.
Fuente: Prensa latina