Por Raúl Hernández Rivera
Ciudad de México, a 7 de abril del 2020.- Diferencias de enfoque para enfrentar la crisis económica y de salud que acelera la pandemia de COVID-19 se hicieron más patentes hoy entre un sector de la iniciativa privada y el gobierno de México.O
Pareciera ser que para una parte de la iniciativa privada es el momento de cobrarse los agravios que emite el presidente López Obrador cada mañanera contra los “fifis” y los conservadores corruptos e hipócritas, sectores privados importantes, incluido el poderoso empresario Carlos Slim, apoyan el plan de recuperación económica del presidente Andrés Manuel López Obrador basado en la inversión pública y reforzamiento de programas sociales.
La otra parte que incluye a la banca lo cuestionan. Los representantes de cúpulas empresariales habrían tenido una reunión con el presidente López Obrador el pasado 2 de abril en el que entregaron sus propuestas como recetas infalibles, según dijo Carlos Salazar Lomelín en una reunión virtual con sus colegas y que divulgó en tiempo real mediante las redes sociales.
Pero el presidente no incluyó ninguna de ellas en su mensaje del domingo pasado en Palacio Nacional. Entonces, el presidente de la COPARMEX divulgó el documento “Medidas para enfrentar la contingencia económica COVID-19” el pasado domingo a la media noche a todos los medios de difusión, utilizando nuevamente las “benditas” redes sociales.
El sector empresarial encabezado por Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE); considera que el propósito del mandatario es bueno, pero no coincide con sus criterios pues la dimensión de sus programas es pequeña ante el tamaño de la crisis que ya se vive.
En ello coincide el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera quien expresa que mientras Estados Unidos anuncia apoyos equivalentes al 15 por ciento de su Producto Interno Bruto y Alemania el 30, el de México es sólo el 2.0 por ciento.
López Obrador, por el contrario, cree que el financiamiento para enfrentar la crisis es el correcto y alcanza para reactivar la economía, crear dos millones de empleos y aumentar los ingresos y con ello el consumo interno, con la ventaja de que ya no hay corrupción y los presupuestos se usan de forma íntegra y sin desvíos.
En cambio, Niño de Rivera cree que os dos millones de créditos que otorgará el gobierno a micro y pequeños empresarios, dista mucho de las necesidades de los 6.3 millones de micro y pequeñas empresas que hay en el país, y sin embargo el plan no toma en cuenta a la banca privada.
El mandatario está realizando reuniones sectoriales con la iniciativa privada y en su concepción de cómo debe ser la rehabilitación de la economía pone como centro que México no regresará a fórmulas neoliberales de salvatajes y endeudamiento, ni tocar las reservas estratégicas de la nación.
La CCE contrapuso el plan económico leído por el mandatario el domingo pasado, un plan propio de la iniciativa privada en el cual, según Salazar Lomelín no se niega disminuir el apoyo a los programas sociales de beneficio a los más pobres, pero en la práctica no los toma como centro.
A todo esto, los partidos opositores encabezados por el de Acción Nacional, se han colgado para exacerbar los ánimos en contra del presidente López Obrador, secundados por los del PRI y Movimiento Ciudadano que dirige Dante Delgado Ranauro.
Mientras se escuchan gritos estentóreos pidiendo la renuncia de Andrés Manuel López Obrador, el mandatario se concentra en supervisar hospitales, extender apoyos económicos a los más necesitados y en celebrar reuniones con todos los sectores para explicar directamente los detalles de su plan para enfrentar la crisis sanitaria por el COVID-19 y la económica mundial.
López Obrador insiste en que se requiere un plan de apoyo a los países en vías de desarrollo, las economías emergentes y sobre todo para los países pobres. Se requiere una especie de Plan Marshall”, ante el brote del virus y los trastornos económicos provocados por la pandemia, en referencia a la estrategia que aplicó el gobierno de Estados Unidos para la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial.
O como le expresó a Larry Fink, presidente de Black Rock en conferencia electrónica, aplicar la estrategia que Franklin D. Roosevelt conocida como New Deal al impulsar varias leyes en el Congreso para destinar fondos asistenciales para desocupados, precios de apoyo para los agricultores, servicio de trabajo voluntario para desempleados menores a 25 años, proyectos de obras públicas en gran escala, reorganización de la industria privada, entre otras cosas.
Pese a ello, no se ve aun el apoyo de los integrantes del partido que lo llevó al poder y el debate amenaza con extenderse; de momento divide no solamente al gobierno con la iniciativa privada, sino además al interior de esta última también.