México y su estrategia petrolera racional

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Luis Manuel Arce Isaac, Corresponsal de Prensa Latina en México

México, a 2 de septiembre del 2021.- (Prensa Latina) El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador aplica una estrategia energética que blinda a Petróleos Mexicanos (Pemex) de la corrupción, la cual la llevó al borde de la quiebra, y le asegura un desarrollo sostenible muy racional.

Grosso modo, consiste en eliminar por completo la venta de petróleo crudo y dedicar todo el volumen que se extraiga a la refinación para abandonar la dependencia de compras de gasolina, diésel y gas al exterior, principalmente a Estados Unidos.

Al mismo tiempo, utilizar un programa de prospección y producción sobre la base de la austeridad franciscana que muchos califican de pragmática porque se trata de explotar fundamentalmente yacimientos terrestres y en aguas someras, cuyos costos por barril extraído son muy bajos -menos de 14 dólares la unidad- y la productividad muy alta.

No se abandona la prospección y extracción en aguas profundas del golfo de México, pero dejan de ser una prioridad para el gobierno, aunque lo sigan siendo para empresas extranjeras. El dinero público que se destinaba a ese sector, se utiliza ahora en los yacimientos en explotación o perspectivos en áreas más baratas.

PLAN NACIONAL DE DESARROLLO

El propósito del gobierno es que antes de 2024 México sea autosuficiente en la producción y consumo de combustibles, y de importador pase a ser exportador, pero de manera muy competitiva por los costos de producción más bajos que en otros países, lo cual permitirá, de manera adicional, ofrecer precios al consumidor muy favorables, no tan altos como en la actualidad.

Para lograr esos propósitos Pemex maneja desde el año pasado un plan de desarrollo a mediano plazo -hasta el 2024, último del gobierno obradorista- consistente en un modelo de progreso económico, ordenamiento político y de convivencia entre sectores de la sociedad, que refleja la perspectiva de robustecer su papel e impulsar la economía.

La idea prevaleciente es fortalecer a Pemex a lo largo de toda su cadena de valores y rescatar el sector energético entregado al capital privado nacional y extranjero.

Paralelamente, rehabilitar las seis refinerías existentes en el país, todas obsoletas, construir la nueva de Dos Bocas, modernizar la infraestructura, revisar las cargas fiscales que impedían aumentar las reservas, recapitalizar a Pemex para la reproducción ampliada y aumentar su capacidad de refinación.

Además, atender un sector importantísimo a cargo de Pemex aunque aparentemente nada tenga que ver con los energéticos, como es la rehabilitación de plantas de producción de fertilizantes que apoyan el desarrollo agrícola para garantizar la soberanía alimentaria de la nación y solucionar conflictos con poblaciones y comunidades generados por esas instalaciones.

El plan, por supuesto, incrementa el combate y erradicación del robo de combustible de manera integral, que aquí denominan popularmente huachicol.

CONTRATOS CON EMPRESAS PRIVADAS

Hay un compromiso expreso dentro del plan de respetar los contratos previamente suscritos con empresas privadas y extranjeras, y la apertura a la inversión privada nacional y extranjera pero en un marco de certeza jurídica.

Esto se debe al hecho de que el gobierno puso al desnudo los beneficios extraordinarios de empresas como Iberdrola y Repsol, de España, y otras de Estados Unidos y Europa debido a la reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) con el objetivo de quebrar a Pemex y a la Comisión Federal de Energía (CFE) para privatizar el sector.

Por lo tanto, esas empresas pueden seguir operando pero bajo las nuevas reglas y supervisión estrecha del gobierno, y con la eliminación de millonarios privilegios, el principal de ellos monopolizar la distribución de energía eléctrica, y priorizar las plantas de energía alternativa.

También, el régimen de subsidios mediante el cual se liberaban de impuestos y sus déficits en las ganancias los asumía el gobierno. Un verdadero descaro, como lo calificó López Obrador.

RECUPERACIÓN Y CAPACIDAD PRODUCTIVA

El plan hace énfasis en la recuperación financiera y de la capacidad productiva de su cadena de valor al orientar los recursos al desarrollo de proyectos que fortalezcan las actividades sustantivas y mejore el desempeño operativo con vistas a afincarse como palanca principal para el desarrollo del país y la seguridad energética nacional.

El director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, considera que todo eso se refleja en el Plan Nacional de Negocios y retos derivados de la pandemia de Covid-19 que lo trastocó todo.

Dicho plan, según Romero Oropeza, está previsto hasta el 2025, es decir, sobrepasa el actual período presidencial que termina en 2024, pero es el plazo calculado para recuperar altos niveles en la producción de crudo y gas natural en las cuencas terrestres y aguas someras, y en materia de producción de petrolíferos y petroquímicos.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES

México tiene muchas fortalezas, pero también debilidades. Entre las primeras sus amplios recursos prospectivos para incorporar reservas, potencial para reclasificar las existentes, explotación solo terrestre y en aguas someras, nuevos descubrimientos de yacimientos cercanos a las actuales infraestructuras de producción.

Posee debilidades como zonas prospectivas limitadas y dispersas, los principales yacimientos en etapas de madurez, limitados recursos de inversión y un desfase en la adquisición de nuevas tecnologías, entre otras, admite Pemex al valorar los pro y los contra de sus planes nacionales.

Sin embargo, frente a ese panorama, mejoran las oportunidades de negocio con un entorno legal sobre nuevas normas antimonopólicas para desarrollar actividades de exploración y explotación, fuerte apoyo financiero y fiscal del gobierno, y reducción de requerimientos para invertir.

Esas oportunidades, sin embargo, advierte Pemex, son amenazadas por la inestabilidad de los precios internacionales de la mezcla mexicana de crudos, una sobreoferta mundial y en contraste una tendencia a la baja de la demanda.

Pero es muy importante la decisión del gobierno de llevar a cabo un proceso de transformación industrial en el proceso de crudos y del gas con una presencia importante en todo el mercado mexicano y en otros, con buena infraestructura, ventajas logísticas, gran potencial de crecimiento y otras fortalezas.

Lo mismo ocurre con los petroquímicos y fertilizantes cuyas plantas industriales también están siendo transformadas. Las fortalezas allí son abrumadoras frente a las debilidades.

Sobresalen la ubicación estratégica de los activos productivos y logísticos, el hecho de ser el único productor nacional de amoniaco y óxido de etileno y su gran flexibilidad de infraestructura productiva para orientar la producción de poliestirenos hacia las mejores oportunidades del mercado.

Es, además, el único productor con capacidad de almacenamiento de amoniaco y fertilizantes en todo el país. Pemex es reconocida como una de las 10 primeras empresas de su tipo en el mundo en infraestructura, y por su actividad y operaciones en los principales puntos marítimos.

PEMEX, PALANCA DEL SECTOR ECONÓMICO

Como palanca principal del gobierno en el sector económico para la ejecución de su política en materia de hidrocarburos y en el apoyo de programas del campo, Pemex es clave en la ejecución victoriosa del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Uno de los retos mayores es mejorar el desempeño en sus actividades sustantivas y por ello enfoca esfuerzos en recuperar y alcanzar condiciones operativas y comerciales suficientes que le permitan incrementar las oportunidades de la cadena de valor.

En consecuencia, su estrategia en exploración y producción se enfoca en las áreas con mayor potencial productivo y económico.

Por lo tanto, como dijo Romero Oropesa, continuará el desarrollo temprano de los nuevos yacimientos que cuenten con las mejores condiciones técnico-económicas, y los trabajos para incrementar las posibilidades de recuperación en yacimientos ya explotados. También las nuevas estrategias de mezclado de crudos para optimizar su comercialización.

En la transformación industrial figura la nueva refinería de Dos Bocas, el tren de refinación de Cangrejera, el aprovechamiento residual del diésel ultra y bajo de azufre de Tula, y mejorar la calidad del combustible en Cadereya, Minatitlán Madero, Salamanca y Salina Cruz, entre otras medidas.

Pemex es la empresa más grande e importante de México, sustentable y con un fuerte compromiso social, con estándares internacionales de seguridad, salud en trabajo y protección ambiental, y de hecho el sostén de la economía actual del país.

*Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, el departamento de Fotografía, la editora Amelia Roque, Alberto Corona, jefe de Redacción de Economía, y la webmaster Wendy Ugarte

Fuente: Prensa Latina

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