Ciudad de México, a 12 de agosto del 2019.- La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) autorizó de manera condicionada el impacto ambiental para la construcción de la refinería en Dos Bocas promovida por Pemex, confirmó hoy la empresa petrolera mexicana.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Greenpeace México, el Centro para la Diversidad Biológica y Naturalia, y otros opositores habían llamado a la ASEA a no otorgar el permiso ambiental, pero finalmente sus razones para vetarla no fueron aceptadas.
El 17 de junio pasado la ASEA inició la evaluación de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para el proyecto de Construcción de la Refinería de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco, que fue presentado por Pemex y elaborada por el Instituto Mexicano del Petróleo.
Los adversarios a la refinería habían argumentado que la MIA del proyecto carecía de información técnica fundamental y que, por lo tanto, no debía ser autorizada, pero la ASEA consideró que se cumplen los requisitos ambientales para autorizar la obra.
La refinería, que estará ubicada en Dos Bocas, Tabasco, el estado natal del presidente Andrés Manuel López Obrador, está programada para completarse en mayo de 2022 y procesará 340 mil barriles de crudo por día. La idea del gobierno es dejar de ser importador de gasolina y convertirse en exportador.
‘El proyecto cumplirá con todas las condicionantes para salvaguardar los bienes y servicios ambientales y el bienestar de las personas y comunidades’, dijo ASEA en un comunicado.
La entidad detalla en el comunicado siete condicionantes para construir la refinería: se prohíbe entre otros ‘interrumpir o desviar cualquier cauce o flujo de escurrimientos (temporales o permanentes)’ y mantener la integridad del flujo hidrológico de la zona remanente del manglar que se localiza en las orillas del río Seco.
Un estudio de impacto ambiental en junio mostró que la refinería Dos Bocas, valuada en 8 mil millones de dólares, podría tener un impacto ‘severo’ en la calidad del aire y las emisiones podrían extenderse a las ciudades cercanas, pero su evaluación general del impacto ambiental fue positiva.
La Secretaría de Energía de México no recibió ofertas de compañías privadas en una subasta a principios de este año para construir la refinería, por lo que asignó el proyecto a Pemex, que tiene poco dinero, lo que ha ejercido más presión sobre sus ya débiles finanzas.
Pemex tiene una deuda acumulada importante, la más grande para cualquier compañía petrolera estatal en el mundo, aunque generalmente no se dan cifras, y una fuerte carga impositiva que ha limitado sus inversiones, pero que el gobierno se la está eliminando para facilitar sus planes de desarrollo.