Los marinos, incansables como el mar

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Por Raúl Hernández Rivera

Dicen los que de esto saben, que el tamaño de las olas es del tamaño de la profundidad del mar.

Entonces, ¿de qué tamaño es el valor de la gente de mar que no se detiene ante una tormenta marítima?

El 1 de mayo, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo 2020, a mediodía, sonaron los silbatos de todas las embarcaciones en todos los puertos del mundo, como estímulo al diálogo nacional tripartito sobre la seguridad y la salud en el trabajo marítimo en medio de la pandemia COVID-19.

…porque la gente de mar, no se ha detenido, sigue en movimiento constante, intenso, como el oleaje del mar…

Mazatlán, Sinaloa

Convocaron la Cámara Internacional del Transporte y la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), a fin de honrar a los héroes ocultos del transporte marítimo durante la pandemia.

Dijeron los convocantes: en estos momentos de crisis, también se quiere brindar una muestra de solidaridad al grupo oculto que mantiene abiertas las líneas de suministros vitales en los océanos del mundo y muchos de los miles de marinos que viven alejados de sus familiares durante meses.

…y no se detuvieron, no se han detenido.

Los marinos, incansables como el mar.

Manzanillo, Colima

Mar, solo eres a la visión nocturna de mis ojos,

¡un silencioso aprisco de luceros!,

escribió el mexiquense Josué Mirlo.

La historia de la Marina Mercante mexicana, no ha sido escrita fielmente. La invade una enorme corrupción, y si, una ausencia total de cultura y desconocimiento en nuestro país.

Esto deja desamparada a toda la gente de mar.

Es una ironía morir de sed en medio del mar.

Es, también una ironía, tener tanta riqueza en 3’160,490 kilómetros cuadrados de mar territorial y no ejercer plena soberanía.

Hay 17 secretarías de estado para administrar los recursos desarrollados en 1’960,189 de kilómetros cuadrados, pero no existe ninguna para los 3’160,490 kilómetros cuadrados de mar territorial.

Los marinos, incansables como el mar.

Topolobampo

Una frescura, del mar exhalada,

me trae el alma. ¡Salada potencia!

¡A revivir en la onda, corramos!

Si, mar, gran mar de delirios dotado,

piel de pantera y de clámide calada por tantos,

tantos ídolos del sol…

escribió el poeta francés Paul Valéry, en El Cementerio marino

“No estáis solos. No os hemos olvidado”, dijo el Secretario General de la OMI, Kitack Lim, en un conmovedor mensaje personal dirigido a la gente de mar de todo el mundo.

Lim aseguró que la OMI comprende los problemas singulares a los que se enfrentan durante la pandemia del coronavirus y ha estado trabajando incansablemente a todos los niveles para encontrar soluciones para ellos.

Cientos de salidas de buques, aseguró Lim, han sido canceladas al reducirse el comercio en consonancia con la ralentización de la economía mundial y los puertos de todo el mundo han cerrado o reducido drásticamente sus operaciones.

“Sin embargo, las restricciones a los viajes y a los desplazamientos personales adoptadas por la mayoría de los países han dejado a muchos marinos varados a bordo de los buques, sin poder desembarcar o ser reemplazados por las tripulaciones de relevo. Otros se encuentran atrapados en hoteles, sin recibir su salario y sin poder conseguir vuelos de retorno a sus hogares”, agrega Kitack.

Pero nos gustaría que el titular de la OMI se diera una vueltecita por la Sonda de Campeche, en donde han sido desembarcados clandestinamente, tripulaciones completas y personal de plataformas petroleras, sin ningún control.

Los marinos, incansables como el mar.

Campeche

No se manifestaba la faz de la tierra.

Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.

No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo.

No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo.

No había nada dotado de existencia.

Popul Vuh. Primera parte, capítulo primero.

“Inmediatamente después del fuego, la navegación aparece como una dádiva divina entre los hombres: está en el origen de todas las grandes civilizaciones antiguas”, afirma Arturo Gómez Camacho en El Caribe Mesoamericano en la época de la conquista.

Pero también el suscrito insiste, observando las pirámides en las costas yucatecas, en las técnicas de navegación utilizadas por los mayas. Esas pirámides, sin duda, pudieron ser faros de orientación para los navegantes de esa gran cultura.

Fue discutido, incluso, con el Coordinador General de Marina Mercante y Puertos, Ing. López Gutiérrez, en el grupo de WhatsApp Puertos y Marina Mercante.

Los mayas eran buenos comerciantes, pero no hay suficiente investigación ni estudio para poder ampliar las bases y conocer los alcances de su actividad comercial. Algunos investigadores llegan a considerar el comercio con los egipcios, para lo cual, los mayas utilizaban las corrientes marinas en el Atlántico.

El comercio maya es pacífico, de carácter puramente económico, sin pretensiones de expansión territorial. Utiliza al mercader profesional, llamado ppolom y a quienes viajan, los ah ppolom yoc. Sostiene un intenso tráfico de mercaderías, provenientes de la costa, la sierra, la selva y aún de las regiones vecinas; es intercomunal, interzonal y hasta interregional o foráneo, afirma Anne m. Chapman en Puertos de Intercambio en Mesoamérica prehispánica.

Hoy, debido a la pandemia COVID-19, tripulaciones enteras tienen meses sin poder bajar a tierra por dos razones: no están autorizados los cambios de tripulación, pero ellos se rehúsan a ir a sus casas porque temen contagiar a su familia.

Kitack Lim, dice al respecto: “Las estimaciones sugieren que, cada mes, 100,000 marinos terminan sus contratos y, en condiciones normales, serían trasladados a casa por avión, pero el coronavirus ha tenido un enorme impacto negativo en este proceso de repatriación.

Desde el comienzo del bloqueo mundial, la OMI ha estado en contacto urgente con sindicatos, organizaciones de bienestar de la gente de mar, armadores, Gobiernos y otros organismos de las Naciones Unidas, especialmente la Organización Internacional del Trabajo, para tratar de encontrar soluciones”.

Los marinos, incansables como el mar.

Trabajador petrolero

Una vez mas sobre la arena escribes,

mar, tu dedicatoria interminable

 de tus soledades infinitas

te despojas de nuevo, para ser

una línea no más frente a la tierra:

 un solo verso inmenso

que no cierra jamás ninguna estrofa,

un arco de cristal siempre tendido

 -y siempre diferente-

que nunca lanza la postrer saeta.

Jaime Torres Bodet

Fronteras

Kitack Lim dijo que le habían “conmovido profundamente las numerosas historias personales que hemos oído acerca de los desafíos, las dificultades y los sacrificios experimentados por la gente de mar en su intento por mantener la cadena de suministro mundial en movimiento y ayudar al mismo tiempo a la población mundial”.

Describiendo a la gente de mar como si estuviera en la “primera línea” de la lucha mundial contra la pandemia, Lim dijo: “Todos nosotros en la OMI comprendemos los desafíos a los que se enfrentan”. Añadió: “A todos los marinos, mi mensaje para vosotros es fuerte y claro: Estamos a la escucha. Os oímos”.

Pues mucha gente de mar está a la deriva en sus derechos humanos, en sus más elementales derechos civiles; muchos en México, están siendo abandonados a su suerte, sin liquidación, sin seguridad social. De pensiones, ni hablar, mucho menos de atención médica elemental para sus familiares. Explotados por quienes aseguran defender sus intereses, siendo en realidad sus principales explotadores.

Por eso muchos hicieron sonar sus silbatos con vehemencia, con intensidad, con ganas de llegar a los oídos de Kitack y terminar con las condiciones infrahumanas en las que trabajan. Muchos de ellos obligados a firmar contratos cuyas condiciones son de neo- esclavitud, como los de las empresas MEXMAR, Micoperi de México, Baja Ferries, Marinsa de México, Oceanmar, Bistro, Presco Enermar, Martel, Varaderos Zavala, casi todas ellas atendidas por Promotora de Personal Marítimo Mexicano S. A. de C.V. (PROPERMAR) y su Sindicato de Trabajadores Marítimos de PROPERMAR, SITMAR…

Los marinos, incansables como el mar.

Que en toda buena guerra

es principio militar

que el que es dueño de la mar

es el dueño de la tierra.

Pedro Calderón de la Barca

El príncipe constante

La carabela, “navío largo y angosto que trae velas latinas”, al decir de Diego García Palacio en “Instrucción náutica para navegar”. De casco ligero, poco alteroso, y de formas un tanto afinadas, da como resultado una embarcación veloz y apta para ganar barlovento.

La típica carabela lusitana de la época precoz de los descubrimientos cuenta con 50 a 60 toneladas de porte, 20 a 25 metros de eslora y dos a tres palos con velas latinas, sin bauprés ni trinquete; el mayor en la medianía del casco, iza una entena de longitud igual a la eslora.

Desde su nacimiento, la marina mercante ha basado su desarrollo en el mar, la embarcación y la gente de mar. Tres elementos cuyas condiciones son iguales para sólo dos de ellos desde los fenicios hasta la fecha. Sólo el barco muestra considerables avances tecnológicos y dimensiones colosales, inimaginables hace un siglo.

Para el mar, el avance contaminante llega ya a niveles insoportables para la fauna y flora marina.

¿Por qué “se suicidan las ballenas? Muchos investigadores señalan la situación insoportable para la vida de las especies en el mar. La contaminación de todos los barcos en un día en el planeta, es similar a la contaminación de todos los automotores sobre tierra en un año.

Todo el plástico, basura, desechos industriales, sobre explotación de especies marinas, hacen imposible la vida para todos los seres vivos en el mar.

Quieren escapar de toda la porquería provocada por la ambición y egoísmo de unos cuantos.  

Pasa lo mismo con la gente de mar. Tripulaciones enteras son bajadas a tierra a la menor provocación, sin recursos, sin indemnización, sin seguridad social, reparto de utilidades, aguinaldo, vacaciones, ni derecho a defenderse. Su situación laboral es la misma desde la salida de la primera embarcación mercante de los fenicios en el Mediterráneo.

Hoy en medio de la pandemia COVID-19, sucede lo mismo. La gente de mar no tiene garantías. No tiene seguro social si no trabaja. Tampoco cuenta con un contrato amparado por las leyes nacionales e internacionales.

Tampoco los estibadores en el puerto, los amarradores llegan a perder los dedos de sus manos en un descuido. Lo mismo para el resto de los prestadores de servicios a la carga y a los buques.

El desarrollo de un país necesita del transporte utilizado para mover el 90 por ciento de los insumos, necesita a la gente de mar, la cual, a pesar de todo, no descansa.

Los marinos, incansables como el mar.

¡Oh campanas de San Blas, en vano evocáis el pasado otra vez!

El pasado permanece sordo a vuestro ruego.

Dejando atrás las sombras de la noche el mundo rueda hacia la luz: el alba surge donde quiera.

Henry Wadsworth Longfellow, poeta estadunidense

Las campanas de San Blas.

Marco Polo abre la ruta de oriente y explica lo difícil de viajar hacia Catay y Cipango, China y Japón, respectivamente. De este último a Gibraltar corre el embarque conocido por la Humanidad. El Atlántico es, en la conciencia medieval, un océano tenebroso donde el mar de los Sargazos atrapa as naves, enredándolas sin misericordia. Después de oír esas historias, la gente de mar sólo podía aspirar a regresar luego de haber vivido increíbles aventuras. ¿A cambio de qué?

El arte de navegar reconoce el término náutica, al cual relaciona con quienes conducen las embarcaciones, o sea los naucleros, naucheros o naucheres; es decir, patrón de nave.

El marinero, es el trabajador del barco. Por lo mismo, con pocas garantías en el desempeño de su trabajo, desde entonces.

El descubridor “inconsciente” del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón, murió sin dimensionar su hazaña, la más grande después de la creación del mundo, según un cronista. ¿Hasta dónde estaba dispuesto Colón para concretar su idea? No lo sabemos, pero la gente de mar se dejaba guiar, se dejaba convencer, soñaba con alcanzar el otro extremo de tierra; soñaba con riquezas, con proezas; soñaba con regresar y ser reconocido por haber cruzado un mar incógnito.

Dicen los que de esto saben, que la hazaña de Colón es muy superior al viaje del primer humano sobre la superficie de la luna: los astronautas contaban con instrumentos y tecnología muy desarrollada y comunicaciones, Colón no, sólo tenía astrolabio, compás, cuadrante para calcular la latitud en la que se hallaban relojes de arena, el escandallo o sonda, sus carabelas, y sobre todo los marineros.

Los marinos, incansables como el mar.

Al agua verde he de volver un día

ungido en el ritual de los ciclones,

agitando en la diestra las palmas de la costa

y cantando la clara canción del marinero.

Al agua verde, con los pies desnudos

y el pecho ronco de gritar tormentas.

Genaro Estrada, escritor y periodista

Retorno al mar

La historia de la vida humana, le debe a la gente de mar su subsistencia, venimos del mar, por lo tanto, también le debe su existencia.

Primero, por la sencilla razón de transportar el 90 por ciento de todo lo que nos rodea por vía marítima, y segundo, porque los pescadores también son proveedores de parte de la proteína animal de consumo humano.

Las estadísticas son encomiables. En primer lugar, está el pollo con el 56 por ciento en México, le sigue la carne de cerdo, luego la de res y mu lejos, la de pescado. Aunque el mexicano sólo destina 2.4 % de su gasto destinado a alimentos y bebidas. Para carne de res ocupa el 23.3 por ciento.

No hay cultura marítima en nuestro país, eso es un hecho. Por eso los vivales, los especuladores de la política marítimo portuaria hacen su agosto. Como si fuesen de otro mundo, laceran los recursos marítimos de nuestro país y debilitan todo el enorme potencial de recursos pertenecientes no sólo a las actuales generaciones, sino a las futuras.

Hoy con la pandemia COVID-19, MEXMAR, por ejemplo, busca un nuevo ingreso para su propietario Alejandro Romano Báez: retiene el 50 por ciento del salario del personal a bordo de sus 20 embarcaciones, algo así como 240 tripulantes, para dárselo a los empleados que se encuentran en sus periodos de descanso prolongado por la contingencia sanitaria en Dos Bocas, Tabasco, y así subsanar la falta de pago el personal en descanso. Mexmar debería absorber el pago de los trabajadores en descanso, y pagar completo a las tripulaciones en activo.

Finalmente, el Secretario General Lim se ha dirigido a todos los Estados Miembros de la OMI para instarles a que reconozcan a toda la gente de mar como “trabajadores clave”, eliminen cualquier obstáculo a su documentación y levanten las restricciones nacionales a los viajes para que puedan volver a casa al concluir sus contratos y reunirse con sus familias. Y, siempre que ha sido posible, el personal de la OMI ha trabajado las 24 horas del día para ayudar a resolver rápidamente los casos individuales.

Los marinos, incansables como el mar, en espera de la justicia y reconocimiento real a su encomiable labor.

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Raúl Hernández Rivera En el periodismo desde 1966 en Excélsior, y desde 1971 con el tema de comercio exterior en revista Metrópolis 70 (1971-75), periódicos Uno Más Uno (1979), El Financiero (1983-84), Heraldo de México (1986), El Universal (1986-88), El Economista (1989-91), Asociación de Mexicana de Editores de los Estados (1994-97) y Agencia Mexicana de Información (1997-99). Revistas: de la Comisión Nacional Coordinadora de Puertos (de la Secretaría de la Presidencia de la República en 1976, Mi Ciudad (1982). Técnica y Humanismo (CONALEP en 1982); BARLOVENTO, (propia) sobre comercio exterior y Visión (1992-95). Otras actividades: Impartición de seminarios, cursos y conferencias sobre comercio exterior en el CONALEP SECOFI, Escuela Superior de Economía (IPN), Universidad Autónoma del Estado de México, ENEP Aragón y Acatlán Universidad de Colima y Universidad del Nuevo Mundo. Organizador de 36 viajes de prácticas a los principales puertos marítimos mexicanos. Asistencia a más de 20 diplomados sobre temas económico y político. Realización de 17 estudios especializados en materia de comercio exterior conjuntamente con estudiantes: "Ríos navegables en México", "El envase, empaque y embalaje", "Transporte de carga en FF.CC", "El Impacto de las comunicaciones y los transportes en el área de influencia del puerto de Manzanillo", entre otros. Coordinador del 1°, 2° y 3° Diplomado "El Concepto Integral del Comercio Exterior" en las LVI, LVII y LIX Legislaturas de la Cámara de Diputados. Director del Centro Cultural y Artesanal Xochicalco (1999-2001) desde donde se enviaron a Viena, Austria, seis contenedores de 40 toneladas cada uno de artesanías, beneficiando a más de dos mil artesanos mexicanos. Actualmente escribe los libros: Sobre puertos y marina mercante mexicanos, “Barlovento, crónica del saqueo”; “Maltratados por los Tratados mal tratados”. Una crítica mordaz sobre los tratados, convenios y acuerdos que nuestro país ha firmado en su historia, y “Comercialización, la gran ausente en el comercio exterior mexicano” sobre la carencia de una cultura de comercio exterior.

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