Ciudad de México, a 22 de septiembre del 2019.- La inversión pública de México debe ser más eficiente y estar mejor dirigida para elevar el crecimiento económico del país, propuso hoy el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis económico semanal, el CEESP indicó que un “requisito necesario” para fortalecer el crecimiento de la economía en el largo plazo, es contar con la infraestructura suficiente y de calidad que permita una adecuada actividad productiva en el país.
“Ello le corresponde al sector público (…) sin embargo, tal parece que las políticas públicas han estado más dirigidas al gasto en consumo del gobierno, que a la generación de un entorno propicio para que las empresas se desarrollen eficientemente”, indicó.
De acuerdo con sus datos, la inversión pública representó el 2,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en el segundo trimestre del año, su nivel más bajo desde 1939.
El gasto de gobierno cayó además un 1,6 por ciento en el primer semestre del año interanual, indicó el centro, al citar cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Agregó que la escasez de inversión pública se ha convertido en un factor que inhibe el crecimiento de la economía, debido a su alto grado de impacto en sectores como salud, educación, seguridad y comunicaciones, entre otros.
“Es claro que además de fortalecer las fuentes de recursos públicos, la asignación de los recursos se debe hacer considerando los principios de sus diferentes clasificaciones”, indicó el organismo, que depende del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“Definir cuánto se gasta, quién lo hará y para qué, es fundamental para hacer mucho más eficiente la asignación de los recursos, de tal manera que tenga una incidencia importante en el ritmo de crecimiento de la economía y de la mejora en el bienestar de las familias”, agregó.
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, se encuentra en una fase de desaceleración, debido a factores internos y externos.
El pasado 19 de septiembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebajó sus proyecciones de crecimiento para la economía de México de 2019 y 2020, al citar una brusca desaceleración de la actividad productiva.
La OCDE ahora proyecta un crecimiento del PIB mexicano del 0,5 por ciento este año, contra el 1,6 por ciento que calculaba en mayo.
Para el 2020, el organismo internacional pronosticó una expansión económica del 1,5 por ciento, 0,5 puntos porcentuales menos que lo previsto hace cuatro meses, luego de que la economía mexicana creció un 2 por ciento en 2018.
