El velero Unión, un escenario educativo que exporta cultura y tradición

El buque escuela BAP Unión, de la Marina de Guerra del Perú, arribó a Panamá. Forja a futuros marinos peruanos y transporta productos y artículos propios del país

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Lima, Perú, 24 de julio de 2019.-  Surca los mares como escenario educativo. Exporta la cultura peruana a puertos internacionales. El buque escuela a vela BAP Unión, de la Marina de Guerra del Perú, uno de los más grandes del mundo, atracó recientemente en el puerto de Balboa, Panamá.

Sus objetivos: reforzar las relaciones entre los dos países, específicamente entre el Servicio Nacional Aeronaval de Panamá (Senan) y la Armada del Perú, y mostrar ‘un poquito de la vasta tradición peruana’, señaló Kurt Ludwig Böttger Garfias, capitán de navío comandante del BAP Unión.

El velero, que zarpó el 16 de marzo del distrito de Ancón, situado en el departamento de Lima, Perú, llegó al muelle 6 de Balboa, en el lado Pacífico del Canal de Panamá, procedente de Mazatlán, México. ‘Esta visita está enmarcada en el fortalecimiento de las buenas relaciones entre los dos países’, sostuvo Böttger.

Ambiente educativo

Desde lejanos tiempos las armadas del Perú vieron imprescindible la necesidad de tener un buque escuela a vela para la formación del personal de a bordo. Estos buques mantienen intacto el espíritu , la mística y tradiciones navales, en el fascinante medio natural que es el mar. En este marco se forjan los futuros marinos con sus características propias, como las aptitudes marineras: disciplina, liderazgo, ciencia y tecnología, entre otras.

‘El BAP Unión es un puente entre lo moderno, la última tecnología en instrucción de navegación y lo tradicional. Seguimos enseñando astronómica, porque es nuestra política que los estudiantes deben aprender los fundamentos eternos y después dar el paso a la tecnología. A los astros nadie los va a apagar y mucho menos alterar’, detalla Böttger.

En el buque escuela los cadetes y alumnos enriquecen su experiencia, resolviendo problemas inéditos en complejas maniobras con velas desplegadas para realizar con precisión los movimientos inherentes a las acciones a bordo.

La experiencia es necesaria, pues ‘cualquiera puede leer un libro o la web, pero la acción de enfrentarse a diversos elementos reales, saber que tu vida y la de tus compañeros depende de lo que hagas o dejes de hacer solo se vive en la práctica real’, afirmó el comandante, con 31 años de servicio en la marina.

¿Hay riesgos? ‘Sí, todos los días y en toda las actividades que realizamos. Lo importante es administrarlo y disminuir la posibilidad de efectos. La vida en el mar, esta profesión, es de riesgos, lo asumimos y lo administramos. El día que pensemos que no hay riesgos será el momento más peligroso’, manifestó Böttger.

El buque escuela a vela, que retornará el 25 de julio a Perú, aloja a 115 cadetes, la totalidad de la clase de tercer año. ‘Es un gran filtro. No todos completan el curso. Algunos se dan cuenta de que no es lo suyo’, declara el comandante del barco.

Gabriela Ruiz y Valeria Torres, dos cadetes enamoradas del mar a bordo del velero, asienten que a pesar de que la marina es un mundo donde predomina la figura masculina, ellas se sienten ‘cómodas’, pues reciben ‘el mismo trato que sus compañeros’.

‘Cuando decidí postular, mi papá se opuso pues se maneja el concepto de que las Fuerzas Armadas es muy machista. Demostré que no es así y que el trato es igual, tanto para hombres como para mujeres. Hacemos lo mismo, desde lo académico, lo físico y lo disciplinario. Me siento cómoda’, expuso Ruiz.

Mientras que Torres asegura que adaptarse a la rutina fue el principal reto al que se enfrentó. ‘Aunque mis padres tenían miedo que ingresara a esta carrera, pues era algo nuevo para mi familia, lo hice y me va muy bien. He visto que las exigencias son iguales para todos’, dijo.

Dada su condición de buque escuela, el interior del navío alberga un auditorio, una biblioteca, una plataforma informática y aulas para facilitar a los cadetes navales el aprendizaje de la navegación astronómica, la meteorología, la oceanografía, la hidrografía y las maniobras y operaciones navales.

Cultura viajera

El BAP Unión es patrimonio del Perú, es territorio patrio en el mar, en cuyos viajes al extranjero contribuye con la política exterior del Estado en su condición de ‘embajada itinerante’ llevando el mensaje de amistad y mostrando al mundo la cultura peruana.

La unidad naval, considerada como la más grande de su tipo en América Latina, cuenta con un mascarón de proa de bronce tallado por la escultora Pilar Martínez Woodman. Está compuesto por diversos símbolos iconográficos del antiguo Perú. El elemento central es la figura del inca Túpuc Yupanqui, conocido como el ‘Resplandeciente’, que aparece sobre la piedra de los doce ángulos y con la mano derecha levantada y apuntando a la figura del dios Sol. Lleva sobre la cabeza una mascapaicha (símbolo de poder imperial) viste un unku (símbolo de estatus social), así como una capa en forma alada que semeja las olas del mar.

‘Somos un país que tenemos una mirada hacia el futuro, pero también miramos nuestro pasado orgullosos de lo que compone el ser peruano, nuestra milenaria cultura’, indicó Böttger sobre la imagen de Túpuc Yupanqui.

La ‘Embajada Itinerante’, construida en los Servicios Industriales de la Marina de Guerra del Perú, lleva también la expresión de un país laborioso y creativo. Cuenta con un espacio para promover artículos y productos peruanos de pequeños empresarios.

Antes de llegar a Panamá, visitó Chimbote, Perú; Manzanillo, México; San Diego, EU; Vancouver, Canadá; Honolulu y Los Ángeles, EU.

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Raúl Hernández Rivera En el periodismo desde 1966 en Excélsior, y desde 1971 con el tema de comercio exterior en revista Metrópolis 70 (1971-75), periódicos Uno Más Uno (1979), El Financiero (1983-84), Heraldo de México (1986), El Universal (1986-88), El Economista (1989-91), Asociación de Mexicana de Editores de los Estados (1994-97) y Agencia Mexicana de Información (1997-99). Revistas: de la Comisión Nacional Coordinadora de Puertos (de la Secretaría de la Presidencia de la República en 1976, Mi Ciudad (1982). Técnica y Humanismo (CONALEP en 1982); BARLOVENTO, (propia) sobre comercio exterior y Visión (1992-95). Otras actividades: Impartición de seminarios, cursos y conferencias sobre comercio exterior en el CONALEP SECOFI, Escuela Superior de Economía (IPN), Universidad Autónoma del Estado de México, ENEP Aragón y Acatlán Universidad de Colima y Universidad del Nuevo Mundo. Organizador de 36 viajes de prácticas a los principales puertos marítimos mexicanos. Asistencia a más de 20 diplomados sobre temas económico y político. Realización de 17 estudios especializados en materia de comercio exterior conjuntamente con estudiantes: "Ríos navegables en México", "El envase, empaque y embalaje", "Transporte de carga en FF.CC", "El Impacto de las comunicaciones y los transportes en el área de influencia del puerto de Manzanillo", entre otros. Coordinador del 1°, 2° y 3° Diplomado "El Concepto Integral del Comercio Exterior" en las LVI, LVII y LIX Legislaturas de la Cámara de Diputados. Director del Centro Cultural y Artesanal Xochicalco (1999-2001) desde donde se enviaron a Viena, Austria, seis contenedores de 40 toneladas cada uno de artesanías, beneficiando a más de dos mil artesanos mexicanos. Actualmente escribe los libros: Sobre puertos y marina mercante mexicanos, “Barlovento, crónica del saqueo”; “Maltratados por los Tratados mal tratados”. Una crítica mordaz sobre los tratados, convenios y acuerdos que nuestro país ha firmado en su historia, y “Comercialización, la gran ausente en el comercio exterior mexicano” sobre la carencia de una cultura de comercio exterior.

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