Tratamiento de residuos avícolas: ¡Un aporte a la sustentabilidad!

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Buenos Aires, Argentina, a 26 de diciembre del 2019.- En Argentina, se realizó una investigación sobre el tratamiento de residuos avícolas, transformando el guano de gallinas ponedoras en un insumo agrícola con valor agregado y, a su vez, reduciendo su impacto ambiental. Debido al crecimiento exponencial de las granjas avícolas, éstas han generado mayor cantidad de residuos que si no tienen un tratamiento adecuado podrían convertirse en un foco de contaminación y tras este estudio se ofrece a los productores alternativas accesibles para procesar el estiércol, aportando a la sustentabilidad.

En este estudio del INTA y de la Facultad de Agronomía de la UBA, AUBA, se analizó cómo transformar los excrementos de las gallinas ponedoras —o guano— para reducir su impacto ambiental y para aprovecharlos como abono en suelos agrícolas.

El profesional del Laboratorio de Transformación de los Residuos -LTR-IMYZA-INTA Castelar- y estudiante de Doctorado en Ciencias Agropecuarias de la EPG-FAUBA, según se cita en SLT-FAUBA, Pedro Rizzo, puntualizó que “En la Argentina, las granjas de aves ponedoras se concentran en las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Más de 90% consiste en galpones con 10 mil o 20 mil gallinas en jaulas. En los últimos años, la actividad avícola del país elevó su producción y así también sus residuos. Se estima que cada año se generan 1,5 millones de toneladas de guano”.

En particular, el estudio de Pedro Rizzo profundizó sobre las posibles problemáticas de las granjas ubicadas en zonas periurbanas del AMBA. “Muchos barrios se extendieron con escasa planificación alrededor de establecimientos de ponedoras. Para evitar que esta cercanía traiga conflictos, hay que prevenir los malos olores y la contaminación de suelo, aire y agua que el guano puede generar. Una forma es aprovecharlo como insumo para otras actividades, ya que contiene nitrógeno, fósforo y otros compuestos químicos útiles para mejorar suelos agrícolas”.

Debido a que el guano contiene patógenos y sustancias potencialmente contaminantes, Rizzo indicó que éste se debe transformar en una enmienda segura antes de aplicarlo a los suelos. “Si queremos prevenir impactos negativos en el ambiente y en la salud de los trabajadores que manipulan el residuo, hay que reducir fundamentalmente su contenido de patógenos y de materia orgánica. Esto se puede lograr mediante el compostaje, así que evaluamos distintas formas de realizarlo”.

Además, el investigador señaló que – Servicio de Divulgación Científica y Tecnológica sobre Agronomía y Ambiente- FAUBA- el compostaje es el proceso en el que ciertos microorganismos aeróbicos —es decir, que requieren oxígeno para su desarrollo— degradan los restos orgánicos.

Asimismo, indicó que “Como resultado de esa actividad microbiana, la temperatura del guano aumenta, y al superar los 55°C durante cierto tiempo, el compost se ‘higieniza’; o sea, se eliminan patógenos, semillas de malezas y larvas de insectos. El producto final le puede aportar a los suelos un contenido alto de nutrientes y de materia orgánica estable. Para lograr un compost con esas características, durante su formación hay que generar condiciones físico-químicas de aireación, porosidad y humedad”.

También, puntualizó “Los mejores resultados los logramos con el compostaje mediante volteos o revueltas mecánicas, una forma simple y efectiva de oxigenar las pilas de guano. Además, agregamos otros residuos agrícolas como aserrín, viruta o y chips de poda. Con este método registramos la mayor actividad microbiana, se alcanzaron las temperaturas más altas, se estabilizó la materia orgánica y se disminuyó la toxicidad y el contenido de patógenos del material inicial. Es una tecnología simple y económica que al valorizar los residuos agrícolas locales también promueve la sustentabilidad de los sistemas productivos”.

El compostaje una alternativa accesible

El objetivo de esta investigación es ofrecer a los productores alternativas accesibles para procesar el estiércol de las aves, según su disponibilidad de capital y de mano de obra. Para esto, se evaluaron diversos métodos de oxigenación en el proceso de compostaje. Algunos requieren tratamientos activos con volteo; otros, no.

Por otra parte, Pedro Rizzo evaluó en producciones hortícolas, florícolas y forestales, entre otras, el desempeño de los compost obtenidos. “En especies ornamentales probamos un sustrato con 20% del compost que elaboramos y registramos rendimientos similares a los que obtuvimos con sustratos comerciales”.

Luego de años de investigación, Pedro Rizzo aseveró que: “aún falta información para difundir el tratamiento y el uso productivo de residuos orgánicos, y también faltan sistemas de gestión que faciliten a las granjas elaborar y comercializar las enmiendas».

Además, agregó “Quizás se requiera una cooperativa o una empresa que conecte a los establecimientos que generan compost con las producciones que lo requieran. Por otro lado, desde el Laboratorio de Residuos del IMYZA colaboramos activamente en la reglamentación de una norma que regula la generación y el uso de esta enmienda”.

Una gallina ponedora genera entre 80 a 100 gramos de excreta por día. En sistemas no automatizados, el guano se acumula en una fosa bajo las jaulas y se acumula por períodos largos.

Compost: Una nueva normativa

A principios del año 2019, la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el SENASA y otros organismos públicos como el INTA generaron una nueva normativa de compost que regula por primera vez sus usos y elaboración. “Se estableció con qué materiales está permitido realizar el compost, qué parámetros de calidad se deben tener en cuenta —niveles máximos tolerables de patógenos, metales pesados, nutrientes, etc.— y, en función de eso, en qué actividades se lo puede usar”.

“En paralelo a la norma, muchos investigadores conformamos un comité para fomentar que los grandes generadores de residuos de la Argentina comiencen a compostar”, complementa Pedro Rizzo.

Con respecto a sus estudios de doctorado, concluyó: “Me gustaría poder llevarle a los productores varias propuestas de transformación y aprovechamiento de residuos orgánicos. Hoy en día casi no se los trata y me gustaría motorizar ese proceso. Es una alternativa que contribuiría a crear empleos y a mejorar la sustentabilidad de los sistemas productivos”.

Fuente: Avi News

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Raúl Hernández Rivera En el periodismo desde 1966 en Excélsior, y desde 1971 con el tema de comercio exterior en revista Metrópolis 70 (1971-75), periódicos Uno Más Uno (1979), El Financiero (1983-84), Heraldo de México (1986), El Universal (1986-88), El Economista (1989-91), Asociación de Mexicana de Editores de los Estados (1994-97) y Agencia Mexicana de Información (1997-99). Revistas: de la Comisión Nacional Coordinadora de Puertos (de la Secretaría de la Presidencia de la República en 1976, Mi Ciudad (1982). Técnica y Humanismo (CONALEP en 1982); BARLOVENTO, (propia) sobre comercio exterior y Visión (1992-95). Otras actividades: Impartición de seminarios, cursos y conferencias sobre comercio exterior en el CONALEP SECOFI, Escuela Superior de Economía (IPN), Universidad Autónoma del Estado de México, ENEP Aragón y Acatlán Universidad de Colima y Universidad del Nuevo Mundo. Organizador de 36 viajes de prácticas a los principales puertos marítimos mexicanos. Asistencia a más de 20 diplomados sobre temas económico y político. Realización de 17 estudios especializados en materia de comercio exterior conjuntamente con estudiantes: "Ríos navegables en México", "El envase, empaque y embalaje", "Transporte de carga en FF.CC", "El Impacto de las comunicaciones y los transportes en el área de influencia del puerto de Manzanillo", entre otros. Coordinador del 1°, 2° y 3° Diplomado "El Concepto Integral del Comercio Exterior" en las LVI, LVII y LIX Legislaturas de la Cámara de Diputados. Director del Centro Cultural y Artesanal Xochicalco (1999-2001) desde donde se enviaron a Viena, Austria, seis contenedores de 40 toneladas cada uno de artesanías, beneficiando a más de dos mil artesanos mexicanos. Actualmente escribe los libros: Sobre puertos y marina mercante mexicanos, “Barlovento, crónica del saqueo”; “Maltratados por los Tratados mal tratados”. Una crítica mordaz sobre los tratados, convenios y acuerdos que nuestro país ha firmado en su historia, y “Comercialización, la gran ausente en el comercio exterior mexicano” sobre la carencia de una cultura de comercio exterior.

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