París, Francia, a 20 de octubre del 2019.- Miles de personas lidiaron hoy en Francia con afectaciones en el servicio de trenes por la tercera jornada consecutiva de una huelga de empleados de la Sociedad Nacional Ferroviaria del país (SNCF).
Aunque la compañía pública anunció la normalización progresiva de las operaciones este domingo, muchos franceses tuvieron que buscar rutas alternativas para llegar a sus destinos y perdieron boletos el fin de semana que marcó el comienzo de vacaciones escolares, aprovechadas por no pocas familias para viajar.
La protesta tiene como fundamento la ley que ampara el ‘derecho de retirada’ cuando un trabajador considera que en su puesto corre riesgo inminente para la salud o la vida, invocada tras un accidente el miércoles con saldo de varios heridos.
En la SNCF se aplica un moderno sistema basado en cámaras y el cierre automático de las puertas de los trenes, que lleva a la no utilización de los controladores, quedando con frecuencia el conductor como único ‘responsable’ a bordo ante cualquier imprevisto, como el ocurrido cerca de la frontera con Bélgica.
Ante el accidente del medio de trasporte que cubría la ruta Charleville-Mézières, en el cual no viajaban controladores, el conductor tuvo que responder solo a la emergencia y ayudar a los pasajeros, pese a sufrir lesiones, situación que desató la huelga en reclamo del descarte o la modificación del mecanismo.
De acuerdo con el presidente de la SNCF, Guillaume Pepy, la decisión de los empleados de acogerse al derecho de retirada es ilegal, porque no existe tal amenaza.
‘Si hubiese el más mínimo peligro, mi responsabilidad, netamente penal, sería detener el tráfico. Para acudir a este derecho tendría que existir un riesgo inminente, y no es el caso’, subrayó citado esta noche por el portal Franceinfo.
Pepy anunció el reembolso de todos los pasajes vinculados a la cancelación de viajes por la protesta, pago para el que se activó ?dijo- un fondo de indemnización de un millón de euros.
La SNCF propuso a los sindicatos mejorar la seguridad de todos los trenes regionales que operan sin controladores o con solo uno y revisar algunas reglas de protección cuestionadas por los trabajadores, sin que hasta el momento se divulguen acuerdos. El primer ministro, Edouard Philippe, criticó ayer la huelga al calificarla de ‘salvaje’, por su ‘impacto inaceptable para decenas de miles de franceses’.
Según el alto funcionario, el gobierno pudiera acudir a la justicia ‘por violación de la ley del derecho de retirada’