Uno de cada 3 latinoamericanos será pobre tras coronavirus: Cepal

Perspectiva feminista del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible 2020 La actividad en América Latina se contraerá 9.1 por ciento este año, uno de cada tres habitantes será pobre y 96 millones de personas suman el riesgo de no tener ingresos suficientes para la compra de alimentos, alertó Alicia Bárcena. Foto tomada del Twitter de @cepal_onu

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Santiago de Chile, a 9 de julio del 2020.- La actividad en América Latina se contraerá 9.1 por ciento este año, uno de cada tres habitantes será pobre y 96 millones de personas suman el riesgo de no tener ingresos suficientes para la compra de alimentos, explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepa).

Este panorama requerirá “una respuesta fiscal de emergencia” por parte de los organismos financieros internacionales para desplegar alivios de deuda, advirtió.

Las proyecciones expuestas por la secretaria ejecutiva rebasan el 5.3 por ciento que estimó en abril la agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Será la mayor recesión en 100 años y a este diagnóstico le acompaña un incremento en la pobreza, pobreza extrema y desigualdad, ya imantados en el modelo de desarrollo económico de la región previo a la pandemia de coronavirus. Mujeres, indígenas y afrodescendientes son los más vulnerables, abundó Bárcena en videoconferencia de prensa.

La Cepal estima que de las 630 millones de personas que viven en América Latina, al final de este año 230 millones serán pobres (45 millones más que en 2019) y 96 millones se encontrarán en pobreza extrema (28 millones más), es decir, que su ingreso limitará la compra de insumos básicos como la comida. Mientras la desigualdad aumentará 4.7 por ciento y sobretodo en Brasil y México a cerca de 5 por ciento, explicó Bárcena. Para el desempleo se prevé una tasa de 13.5 por ciento que alcanza a 44 millones de latinoamericanos.

En el caso de México, ONU estima que 50.3 por ciento de la población se encontrará en pobreza y 18.2 por ciento en pobreza extrema al final de 2020, ambos por encima del promedio de América Latina, que son de 37.2 y 15.5 por ciento, exhibe en el documento El impacto de Covid-19 en América Latina y el Caribe.

La secretaria ejecutiva recalcó que América Latina trae a cuestas limitaciones de balanzas de pago, crisis cambiarias y alta informalidad, todos problemas que se suman a la crisis del coronavirus, por lo que será necesaria dar una respuesta a los países de la región con financiamiento en condiciones favorables, exenciones, aplazamiento de pagos por servicio de la deuda y ampliar la asignación de derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional.

“Nuestra región tiene interés político de invertir, pero no necesariamente tiene este espacio fiscal necesario. Eso hace que tenga problemas de liquidez muy pronto y por lo tanto una respuesta multilateral y de las organizaciones financieras internacionales será necesaria, porque nuestros países por ser considerados de ingreso medio no son a veces incluidos en esta medida multilateral que ha tomado el G-20 para países de ingreso bajo”, detalló.

A excepción de Haití, los países de América Latina se consideran de ingresos medios. De hecho 77 por ciento de las personas en la región se consideran de ingreso medio pero no tienen capacidad de ahorro, es una condición muy frágil y que en muchas ocasiones está sostenido en el endeudamiento de los hogares, enmarcó la secretaria ejecutiva.

Bárcena también dijo que la baja en la expectativa de crecimiento de América Latina está sostenida en la previsión de que el valor de las exportaciones caiga 20 por ciento, 20 el flujo de las remesas y “sin duda el turismo es una de las actividades más afectadas”, dado que se registra un desplome de 35 por ciento en este sector.

A consulta sobre qué tan oportuno es construir el Tren Maya en la península de Yucatán dada las condiciones del sector, Bárcena respondió que la inversión en infraestructura y construcción es creadora de empleo en poco tiempo y puede ser importante en el mediano plazo. Agregó que por lo pronto el país puede concentrarse en recuperar los visitantes nacionales y de Norteamérica.

Alicia Bárcena: para reconstruir mejor después del COVID-19 será clave el rol de las mujeres

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL participó hoy en un evento que abordó la perspectiva feminista del Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible 2020, donde instó a los sectores económicos a ver a las mujeres como sujetos del desarrollo y como parte clave en la elaboración de las políticas públicas.

En América Latina y el Caribe se han realizado muchos esfuerzos para que los sectores económicos entiendan la importancia de la igualdad de género y se den cuenta de que la única forma de emancipación para las mujeres es cuando tienen autonomía económica. Por ello, debemos demostrar que las mujeres no somos solo víctimas, también somos sujetos de desarrollo y queremos ser parte de la elaboración de las políticas públicas. ‘Nada sobre nosotras, sin nosotras’, afirmó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó en el evento Foros Regionales y Foro Político de Alto Nivel desde la Perspectiva Feminista, donde se discutió sobre los desafíos y lecciones aprendidas que tiene el movimiento de las mujeres. La reunión fue organizada por el Grupo Principal de Mujeres (WMG), el cual fue creado como resultado de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992). Esta es una alianza abierta que reúne a más de 1300 organizaciones de todas las regiones del mundo que se autoorganizan para promover el desarrollo sostenible con un enfoque en los derechos humanos de las mujeres. Desde 2016, que WMG participa en el Foro Político de Alto Nivel.

La Secretaria Ejecutiva comenzó su intervención señalando que la CEPAL tiene una larga trayectoria en la promoción de la participación de las mujeres en organizaciones feministas. Principalmente, su colaboración se ha realizado a través de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe -la cual comenzó hace más de 40 años y es órgano subsidiario de la CEPAL- donde los gobiernos, organizaciones de mujeres e incluso ministerios de otros sectores participan muy activamente.

Destacó además que la Estrategia de Montevideo adoptada en 2016 en Uruguay, durante la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, también está orientada hacia la igualdad de género, los derechos de las mujeres, a cómo potenciar las organizaciones de mujeres y, por supuesto, los marcos institucionales sobre género. Reconoció también el rol central que ha tenido el movimiento feminista en la construcción desos acuerdos y en la lucha por la igualdad.

“En CEPAL estamos trabajando en tres frentes, en cómo potenciar la autonomía económica, política y física de las mujeres. Para el caso de la autonomía económica la Conferencia de la Mujer y la Conferencia Estadística de las Américas están trabajando de manera conjunta para desagregar datos, porque debemos romper el silencio estadístico justamente para asegurarnos de tener datos fidedignos que muestren las desigualdades entre hombres y mujeres, por ejemplo, en el mercado laboral donde las mujeres ganan casi un 24% menos que los hombres en un trabajo equivalente,” aseguró Alicia Bárcena.

“Creemos que la única forma de emancipación de las mujeres es cuando tienen la autonomía económica. Para ello necesitamos instituciones y marcos legales. Aquí es justamente donde nuestro activismo tiene que estar presente,” agregó.

Respecto a la autonomía política, debemos asegurarnos de que las mujeres tengan mayor participación en las decisiones públicas y políticas, subrayó.

Destacó que América Latina y el Caribe ha progresado bastante y actualmente más del 31% de las mujeres están presentes en el parlamento.

“Esto es extremadamente importante, pero aún necesitamos mujeres en la toma de decisiones de las autoridades locales, porque a veces los hombres son poco sensibles a los problemas que enfrentan las mujeres”, afirmó la Secretaria de la Comisión.

La máxima representante de la CEPAL también recordó las enormes brechas que se mantienen en América Latina y el Caribe, las cuales se ven amplificadas en tiempos del COVID-19. Por ejemplo, explicó, la mayor parte de la violencia ocurre en el entorno doméstico.

“En nuestra región han sido muy útiles los centros de atención donde las mujeres pueden mudarse junto con sus hijos o los niños pueden ser trasladados a centros especializados. Sin embargo, creemos que tenemos que trabajar con la raíz del problema, que está en la cultura del privilegio, en el colonialismo, en el patriarcado. Y eso solo podemos lograrlo con información y con economía digital, llevando ese desarrollo a las mujeres,” aseguró la Secretaria Ejecutiva. Según estudios de la CEPAL, la economía digital puede ser beneficiosa para las mujeres si es realmente inclusiva.

Por otro lado, expresó, en la región existen programas de transferencias de efectivo no condicionadas que van directamente a las mujeres. “Eso significa que las mujeres comienzan a tener más autonomía económica. Y, por lo tanto, esto ayuda mucho en términos de emancipación”, afirmó Bárcena.

La alta funcionaria llamó a proteger los acuerdos alcanzados en la Conferencia de Beijing y en la Conferencia Regional de América Latina y el Caribe, porque el COVID-19 está afectando principalmente a las mujeres, quienes mayoritariamente trabajan en el sector informal.

“No podemos darnos el lujo de regresar donde estábamos, tenemos que asegurarnos de avanzar en los derechos de las mujeres sobre autonomía física, económica y política. Y debemos asegurarnos de que el Foro Político de Alto Nivel, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC, por sus siglas en inglés), nuestros foros regionales y nuestra Conferencia Regional de la Mujer continúen protegiendo a las mujeres, particularmente después de la pandemia, donde debemos asegurarnos de que se adopten medidas para proteger a las mujeres de todo el mundo”.

Añadió que otro de los problemas que enfrenta la región es que aún los sectores económicos no entienden la importancia de la igualdad de género.

“Es necesario que entiendan que mientras más presente este la mujer en el mercado laboral, la pobreza disminuirá y la economía tenderá a ser más productiva. En América Latina y en el Caribe, hemos progresado bastante en ese frente. Más del 31% de las mujeres están presentes en el parlamento, pero aún queda mucho por delante,” agregó Alicia Bárcena.

“Hemos demostrado que las mujeres son mejores pagadoras que los hombres, están invirtiendo más en activos que en gastos corrientes. Pero el problema que tenemos que resolver es que hay muchos lugares donde las mujeres no tienen derecho a tener propiedades, arriendos, terrenos o bienes. Por ello, estamos trabajando con ministros de finanzas y con el sistema bancario. Además, creo que una buena oportunidad de presionar es la próxima conmemoración de los 25 años de Beijing. Tenemos que asegurarnos de que nuestra voz se escuche en todos los frentes, no somos solo mujeres hablando con mujeres, tenemos que cambiar la conversacion y la interlocucion”, ratificó.

La CEPAL -a través de su División de Asuntos de Género- junto a otros organismos del Sistema de las Naciones Unidas, los gobiernos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil de la región, implementaron el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, el cual pone a disposición de los gobiernos indicadores estratégicos de género y herramientas analíticas para la formulación de políticas públicas. Además, mantiene actualizado el seguimiento de la autonomía física, económica y en la toma de decisiones de las mujeres, relevantes para la igualdad de género. Del mismo modo, este instrumento realiza informes que proporcionan un diagnóstico sobre las desigualdades entre mujeres y hombres en temas clave como: trabajo remunerado y no remunerado, uso del tiempo y pobreza; acceso a la toma de decisiones y representación política; violencia de género; salud y derechos reproductivos; y transversalización del enfoque de género en los Estados.

Con información de: La Jornada y CEPAL

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