Estudio encuentra contraproducente política arancelaria de Trump

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Washington, Estados Unidos, a 28 de diciembre del 2019.- La estrategia del presidente Donald Trump de aplicar aranceles a las importaciones para proteger a los fabricantes norteamericanos resultó contraproducente y provocó pérdidas de empleos y precios más altos, indicó hoy un estudio sobre el tema.

Aaron Flaaen y Justin Pierce, economistas de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, señalaron en un análisis acerca de la política arancelaria del mandatario que los gravámenes implementados desde 2018 estuvieron asociados a reducciones en el empleo manufacturero y aumentos relativos en los precios al productor.

El estudio, citado por el sitio digital de información financiera MarketWatch, arrojó que, si bien las tarifas defendidas por el jefe de la Casa Blanca redujeron la competencia para algunas industrias en el mercado norteamericano, tuvieron más peso los efectos del aumento de los costos de los insumos y los aranceles de represalia adoptados por otras naciones.

Según el análisis de los expertos de la Fed, los efectos a largo plazo de estos gravámenes podrían llegar a diferir de los estimados actuales, pero los resultados mostraron que, hasta ahora, las tarifas no han llevado a una mayor actividad en el sector manufacturero del país.

La investigación apuntó que las industrias más afectadas por los aranceles de represalia y las subidas de precio fueron las de medios magnéticos y ópticos; artículos de cuero; láminas de aluminio; hierro y acero; vehículos de motor; electrodomésticos; aserraderos; equipos de audio y video; pesticidas; y equipos informáticos.

En su análisis los investigadores no midieron los efectos que provoca sobre la confianza empresarial la incertidumbre generada por la política comercial estadounidense.

Sin embargo, según MarketWatch, muchos economistas estiman que las dudas provocadas por la estrategia del gobierno de Trump en esta área son el principal motivo detrás de la disminución de la inversión empresarial este año.

La administración comenzó con su controvertida política arancelaria en marzo de 2018, cuando aplicó tarifas al acero y el aluminio importado desde muchas naciones.

Posteriormente, el jefe de Estado escaló ese tipo de medidas contra China, al imponer varias rondas de gravámenes a productos comprados a ese país por miles de millones de dólares al año, ante lo cual el gigante asiático respondió con sus propias tarifas sobre mercancías norteamericanas.

Ese conflicto se convirtió en una guerra comercial de la cual las dos mayores economías del mundo tratan de salir mediante la aprobación de un acuerdo cuya fase uno está cerca de concretarse, según el propio Trump.

Durante todo este tiempo, el gobernante ha defendido sus aranceles como positivos para las arcas del país, a pesar de que continuamente economistas y empresarios han advertido que son las compañías y consumidores estadounidenses los que pagan el costo de los gravámenes.

Fuente: Prensa Latina

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