Columna publicada en el periódico Excélsior el 26 de julio del 2001
Por Raúl Hernández Rivera
En México, tenemos todo, basto lector, pero no sabemos vender ni comprar a nivel internacional aunque demostramos la vocación en el contexto local. ¿Se ha preguntado que haría usted si lo despidieran de su actual trabajo?. La mayoría utiliza el dinero de su liquidación para surtirse de mercancía que saldrá a revender en un puesto ambulante.
Matías Romero afirmaba, ístmico lector, que nuestro territorio estaba llamado a ser un emporio comercial dada su estratégica posición geográfica. También lo decía Nezahuhalcoyotl. Así lo constataron los europeos desde hace más de 500 años, lo intuyen los orientales que quieren traer inversiones, lo codician nuestros queridos primos del norte y nosotros lo soslayamos.
Pero existe un vendedor ambulante, torero lector, que extiende un plástico en una banqueta del Eje Central de lunes a jueves, porque el viernes se va a las calles del centro de Managua, Nicaragua, a vender pantalones de mezclilla iguales a los que ofrece en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Es de aclararse, borroso lector, que los pantalones que vende el mencionado personaje son hechos en México. Y qué decirle de un estudiante de medicina que no terminó la carrera por falta de recursos pero que un buen día se le ocurrió recolectar todo el líquido amniótico y la placenta humana de las maternidades para venderla. Hoy exporta a laboratorios de cosméticos franceses y juega el melate, no porque le falte sino porque no sabe que hacer con el dinero.
Y si le dijera, curioso lector, que en Japón demandan mosquitos para alimento de peces de ornato. O le contara de aquel locatario de Jamaica que solicitó información para vender chile seco a muy buen precio a Japón, pero que estaba muy triste porque los orientales utilizaban el producto como pigmento.
Es una verdadera tristeza, desanimado lector, ver la cuenca del río Coatzacoalcos, o de cualquier otro río plétora de productos exportables. Sólo tendríamos que informarnos respecto de las exigencias del mercado externo, hacer un buen esfuerzo y exportar. Tenemos todo. Por el río se podría navegar hasta el puerto de altura para consolidar nuestra mercancía. Pero…
Bueno, tal vez le interese cursar el 3er diplomado EL CONCEPTO INTEGRAL DEL COMERCIO EXTERIOR. Cupo limitado